Como la zona en la que tenemos las colmenas llevaba años sin utilizarse, el matorral había ocupado todo, y hace un mes desbrozamos los alrededores de cada colmena. Ahora que ya hace frío y no hay peligro, hemos procedido a quemar los restos (solicitando los correspondientes permisos a Medio Ambiente).
Aunque las temperaturas mínimas de estos días son muy bajas, las máximas permiten a las abejas trabajar un poco, limpiando la colmena, e incluso algunas buscan algo de alimento en las flores de romero o de hiedra, como vemos en la fotografía.
Gracias a Jorge por las fotos y el trabajo.
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